miércoles, 16 de junio de 2010

¿Donde vamos a parar?

Hoy, ojeando el periódico, me he encontrado con la noticia de que nuestro querido gobierno deberá recortar más de 7.000 millones de euros de cara al próximo año.

Ya me estoy imaginando sobre que tipo de economías se cernirán esos recortes:
> ¿Será el los exorbitantes sueldos de los políticos? Yo creo que no...
> ¿Será quizás del gasto en el nuevo armamento de ciencia ficción de nuestro ejercito? No, seguro que no... En cualquier momento podría atacarnos cualquier tipo de depredador o alien extraterrestre equipado con armas que requieran que nuestros soldados tengan conexión ha internet desde un terminal portátil, por supuesto.
> Entonces, seguro que se recortan las incalculables manutenciones de la familia real ¿Verdad? Mi ironía habitual me obliga a asegurar que tampoco van por ahí los tiros.

¿Mi teoría? ¿Realmente es necesario decirlo? Por supuesto que los recortes presupuestarios afectarán a salarios, ayudas sociales y demás atenciones y gastos insignificantes sin los que, cualquiera, puede vivir. Porque ¿Quien necesita ayuda para llegar a fin de mes cuando un piso de 35m en la ciudad de Barcelona cuesta más de 600€? ¿Quien necesita ayuda cuando UN paquete de pan Bimbo vale más de 200 de las antiguas pesetas? Está claro que somos un pueblo malacostumbrado y quejumbroso que solo sabemos pedir sin darnos cuenta de lo realmente fantástico que es nuestro país y, por supuesto, nuestra economía.

Lo peor de todo esto es que en parte, es verdad... Somos una manada de borregos que se limita a quejarse y pedir soluciones a un, más que demostrado, títere empresarial vestido con un traje caro y una corbata hortera mientras da soliloquios desde un púlpito. ¿Realmente pensamos que el mismo que nos ha metido en esta crisis va a escuchar nuestras quejas? ¿Creemos realmente que le preocupa? Con el paso de los años hemos ido adoptando una posición cada vez más mansa y acomodada. Si nuestro amo no nos da un hueso ladramos y saltamos para llamar su atención, para reclamar aquello que queremos... Es curioso... Pensaba que los seres humanos teníamos suficiente intelecto y posibilidades físicas como para poder ir nosotros mismos a coger ese hueso. ¿Exagerado? Puede ser... Nunca me he caracterizado por ser una persona sutil.
Lo que trato de decir es que en siglos pasados, cuando la gente quería algo, luchaba por ser escuchada. Una nación podía ponerse en pie y tomar cartas en el asunto si creía que no se le estaba tomando en serio. ¿Y ahora? Ahora nos acercamos a unas urnas cada 4 años y pensamos que con el simple gesto de dejar caer un papel por una rendija ya hemos hecho todo lo que podíamos hacer para cambiar las cosas.

¿Quien es más cobarde? ¿El que te roba y manipula fingiendo ser tu salvador? ¿O tu? Que te escondes en tus quejas mientras sigues tragando y tragando sin hacer nada por solucionarlo.

jueves, 11 de febrero de 2010

El temor a los espejos

Hoy leyendo el blog de una amiga (Los ojos del ciego) encontré una entrada sobre la importancia que se le da hoy en día a la compañía, que la gente no es capaz de disfrutar de la tan necesaria soledad. Puesto que veía desmesurado plasmar toda mi opinión en el ínfimo comentario que le he dejado, he preferido escribir aquí, en mi reducto de ideas, mi punto de vista sobre el tema.

La soledad nos induce al autoanalisis, a convivir con nosotros mismos a falta del resto, por tanto nos ayuda a comprendernos y valorarnos. Algo que, a priori, podría parecer de completamente positivo pasa a ser algo no deseado cuando tenemos en cuenta que el inidividuo medio de hoy en día no desea conocerse.
La habilmente promovida por la sociedad, fobia al espejo. Estamos tan saturados por canones, patrones y cliches que tememos conocernos, tememos mirar en nuestro interior y darnos cuenta de que no encajamos en ese intrincado puzzle de mentiras.
El paso del tiempo nos ha traido riqueza y relativa prosperidad, pero ha eliminado el factor humano, el factor unitario. Hoy todo lo que cuenta son las masas. Habitamos un planeta tan masificado que casi parece imposible pensar que dentro de cada unidad motriz con patas, dentro de cada grupo de neuronas envasadas en craneos, en definitiva, dentro de cada persona hay un ser humano con sus propias ideas y puntos de vista. Nunca he sido muy dado a las matematicas, pero considero que es estadisticamente imposible que dos personas puedan coincidir de manera exacta en la forma de plantearse la vida. Siendo así, imposible, que dos personas calquen sus conceptos mentales, supongo que es del todo lógico ver que un colectivo, un gobierno o un país com puesto por millones de habitantes jamás podrá estar deacuerdo en todo.
Cuando el mundo estaba menos controlados, las personas se conocian mejor a si mismas. La gente se estudiaba y sabía cuales eran sus puntos de vista. Hoy en día hemos llegado a un punto en que por miedo a vernos distintos renegamos de nuestro propio ser y preferimos agarrarnos al sol que más calienta. Todo gracias al control del poder, a aquellos que están arriba, a los cuales les conviene agruparnos como corderos mediante modas, canones y grupos sociales.
El pensamiento individual, el caracter unitario e inimitable son importantes. No deberiamos dejar que se pierda el espejo de la soledad. Conozcamonos a nosotros mismos antes de intentar conocer al resto. Piensa en que quieres, que sabes y que esperas sin importarte que se espera de ti. Es hora de sacar brillo al cristal que nos muestra nuestro interior.
Como ya dijo Chojin: "Las cosas que haces son las que te hacen, así que haz lo que sabes y sabrás lo que vales"

lunes, 8 de febrero de 2010

El bloqueo

Tardes eternas en el tiempo, tardes en las que sentado en la mesa de cualquier bar con un humeante café como compañero nos paramos a intentar expresar algo... No sabemos el que. Las sordidas tardes, noches y mañanas del escritor bloqueado. Cuando sentimos la necesidad de escribir pero no encontramos la inspiración necesaria para dejar fluir los dedos sobre el teclado.

Hoy es una de esas tardes, hoy hay uno de esos bloqueos. Tan conocidos como parientes no deseados pero que, sin remedio, se presentan en casa cada vez que así les place. Hoy viene visitarme mi tio bloqueo, mientras deseo que mi mujer inspiración venga a verme.
Siempre he pensado que la magia de la escritura reside en voltear el bloqueo en mi propio beneficio. Como en este caso en el que, sin nada más sobre lo que poder escribir, me pongo a divagar sobre el. Creo que es necesario prestar la atención necesaria al bloqueo artístico y aprender a valorarlo. El bloqueo es esencial para todos aquellos que decidimos plasmar una parte de nosotros sobre el lienzo del arte. El bloqueo nos hace dudar, cuestionarnos, nos acerca al punto en que uno tira la toalla y se da por vencido. En definitiva, nos pone a prueba. El bloqueo es el sicario del arte, que viene a vernos para segurarse de que somos dignos de poder llamarnos artistas.

El arte sin obstaculos es como una carrera de fondo sentado. So precisamente las dificultades las que nos hacen crecer no solo como personas, si no también como artistas. Las mayores obras nacen siempre de los peores momentos. El Guernika en el caso de Picasso, El tercer ojo en el caso de Lobsang Rampa y un millón de ejemplos más, en los que las mayores dificultades nos hacen mostrar el lado más puro de nosotros mismos

La inspiración nos ayuda a mostrar miles de historias, pero el bloqueo nos ayuda a contar la nuestra.

jueves, 28 de enero de 2010

La esencia de la eternidad

Uno de los mayores afanes del ser humano desde tiempo inmemorables es el de perpetuar su existencia. Con esto no me vengo a referir que intentemos que nuestra especie no se extinga, si no un pensamiento mucho más individual. Toda persona desea ser recordada, perdurar por toda la eternidad en la mente de todos y todas.
Todo persona se convierte en eterna cuando consigue aportar su grano de arena en la mente de otra persona, cuando consigue obsequiarle con un nuevo conocimiento. A partir de ese momento la cadena ya está creada. Esa persona trasmitirá los conocimientos aprendidos a una segunda y esta a una tercera y así sucesivamente haciendo que la esencia de nosotros perdure. Le damos demasiado valor al nombre y muy poco a las ideas. Lo importante de cada individuo son sus pensamientos, sus metas, lo que tiene que aportar a este mundo. De nada sirve que un nombre se recuerde por siempre. Los nombres solo sirven para engrosar listas, firmar documentos y ser catalogadso. Trabajo de archivo. Poco más es y poco más es lo que aporta.
¿Quieres ser eterno? Todos tenemos algo que aportar. Nuestros conocimientos harán ricos a otros que a su vez podrán enriquecer la mente de aquellos que les escuchen.
La vida eterna no vendrá a ti por más que la busques, pero tus pensamientos, la esencia de aquello que fuiste seguirá latiendo con fuerza en el corazón del mundo cuando tu no estés.

martes, 26 de enero de 2010

El compás del tiempo

El tiempo es un elemento ageno a nosotros, de avance impasible. Un elemento tan complejo que en ocasiones se nos escapa de las manos y en otras avanza con su cargante lentitud haciendo que todo se haga eterno. El eterno silencio de la soledad. Jamás se pone de acuerdo con nosotros. Aquellos momentos que deseamos retener para siempre vuelan fugaces perdidos entre las manecillas del reloj, mientras que aquellos que deseariamos saltar de forma rápida se arrastra empeñados en habitar el espacio temporal tanto tiempo como les sea posible.
¿Que solución nos queda para tal suceso?
La solución es centrarse en vivir aquelos momentos plenos independientes a la longitud, si no a la calidad. Olvidemonos de esos sucesos que nos envenenan con su lángido pasear en nuestras horas muertas, olvidemos aquello que no merece la pena ser recordardado. El tiempo seguira avanzando al paso que el convenga, pero nosotros podremos decidir pensar o no pensar, plantearnoslo o no. Olvida los malos momentos. Si vives una hora de alegría en tu vida habrás podido disfrutar la felicidad durantes millones y millones de microsegundos en los que, por un momento, deseaste que el tiempo fuera eterno.

lunes, 25 de enero de 2010

Falsas amistades

¿Quien no ha vivido alguna vez el desengaño de una amistad?
¿A quien no le han engañado con acciones sugerentes de preocupación o estima sin ser más que burdas poses meditadas a fin de un proposito?
Dicen que quien bien te quiere te hara llorar, pero por desgracia, son tantos aquellos que nos hacen llorar sin importarles. Aquellos a los que confiadamente identificamos como amigos y que tienden a defraudarnos de formas insolitas. Un suceso más cotidiano en este mundo de locos que la propia y pura amistad verdadera. Una amistad que parece perdida en el paso del tiempo. ¿Todavía existe la amistad? ¿Es solo un reflejo de lo que en su día fue? ¿Sencillamente jamás ha existido?
No hay una ciencia cierta que nos ayude a identificar a aquellos que nos harán daño y aquellos que no, aquellos que darán sin pensar en recibir y aquellos que se limitarán a recibir mientras fingen estardando algo que en realidad no existe. Vendedores de humo. Una pura farsa que a veces desenmascara y otras veces no. Como todo lo malo, es siempre mejor de forma rápida, ya que cuanto más tiempo pasamos regando una falsa amistad, cuanto más dejamos que sus intrincadas raices avancen por el susuelo, más duro y dificil será arrancar esa planta, hasta el punto en que muchas veces ya se han convertido arboles. Arboles podridos que nos obligan a ser talados por el bien de la siembra, pero que por más que nos esforcemos siempre sigue dejando sus endurecidas raices en nuestro interior. Unas raices que nos recuerdan que ahí, en ese mismo sitio, en ese mismo palmo de terreno, un día se alzo un arbol en el que depositamos todo nuestro tiempo y amor. Un arbol que nos falló.
Hoy en día todos los huertos revosan de plantas pútridas. En esta absurda sociedad del "que tienes" en lugar del "que sabes", "que me das" en lugar de "que compartes".
Siempre he pensado que aquel que se cierra a la gente por miedo a que le hagan daño jamás alcanzará la autentica felicidad, pero hoy por hoy entiendo que en ocasiones es realmente sobrecojedor mirar ahí fuera y ver slo cliches. Imagenes que reflejan alegría pero inyectan pena. Comprendo que solo alguien temeroso sería capaz de ser consciente de lo que hoy por hoy es el mundo y aún así querer andarlo. Pero no soy persona de agrado a las retiradas. Ceder a la negatividad es perder la batalla, es conformarse con las cartas que nos vienen dadas de mano. Demasiado conformismo mueve ya esta tierra como para aplicarlo de lleno en nuestras vidas. Salgamos ahí fuera y vivamos la vida rodeandonos de gente, pero mantengamos siempre la oz en la mano para arrancar aquellas malas hiervas que intenten coomenzar a echar raices en el prado de nuestra propia historia.

domingo, 24 de enero de 2010

Dueños de nuestra espera

Mientras el rugido del tren inunda mis oidos y la aguja más corta de mi reloj se coloca entre las 7 y las 8, la negrura de la noche aun baña el cielo de esta fría mañana invernal. La oscura mañana de estos tiempos. Estos tiempos ya de por si negados de la claridad de una candela, en los que vemos pasar los minutos y las horas, los días y los meses. Permanecemos impasibles a lo adverso, inadvertidos entre la masa anónima que vive sumida en su propia apatía. Buscando, tal vez, una señal que nos invite a abrir los ojos. A abrirlos REALMENTE y ver aquello que preferimos ignorar, ser conscientes de aquello que obiamos. Esperamos y esperamos dejando que el mundo gire inmerso en guerras, hambre y codicia. Nos sentamos a los pies de la pirámide a soñar con la cuspide. Nos pasamos la vida pensando en alcanzar esa cima, superar esa meta, saltar aquella barrera. Y una vez más nos limitamos a esperar. Cruzamos los brazos y pensamos en lo injusto que es el destino que nos beta el acceso al pico de esa soñada pirámide, a la cima de ese ansiado sueño. Nos limitamos a dejar que el tiempo pase, que las sombras se hagan camino y la tristeza jobial jolgorio. Esperamos que el mundo cambie, que el resto cambien y de alguna manera esa ola de cambios nos arrastre hasta la orilla meciendonos suavemente. En algún momento de nuestra "evolución" hemos perdido ese gen combatibo que nos empujaba a luchar por ideales, metas o sueños. La especie humana es a día de hoy un ser regido por el conformismo. Dejamos nuestros destinos en manos de dirigentes y demás titiriteros para que ellos decidan por nosotros. Nos convertimos tan solo en dueños de nuestra espera y sin más nos dedicamos a hacer gala de ella hasta que nos marchitamos con el paso del tiempo. Un tiempo que, al contrario que nosotros, no espera.